Dejando el afán

    “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.”

    Filipenses 4:6 RVR1960

    La ansiedad es una de las emociones más frecuentes en la actualidad. Esta es una respuesta del organismo a situaciones límites, a las que nos enfrentamos diariamente. En su justa medida, puede ser la base del aprendizaje y una motivación para evitar el sufrimiento, pero la exposición prolongada puede desencadenar una tendencia patológica, destacando su acción directa en la limitación de la libertad psicológica. En las situaciones altamente demandantes de la vida, el estrés y la ansiedad son dos compañeros inseparables de las personas, trayendo esto como consecuencia efectos adversos para la salud y pudiendo llegar a ocasionar la muerte.

    ¿Pero acaso no es comprensible? ¿Cuántas situaciones pueden venir a nuestra vida que escapan a nuestro control? Situaciones económicas, laborales, sociales, familiares, personales, todo conspira en contra nuestra acumulándose de modo que a veces no vemos una salida.

    Pero si existe una salida. El apóstol Pablo nos da un consejo preciso: deja el afán, deja de estar ansioso y presenta tus necesidades delante de Dios. Esta primera parte es un mandato: no tengas ansiedad. Continúa diciendo que las peticiones, sean de la índole que sean, se pongan delante de nuestro Padre Celestial, mediante oración, que roguemos por ellas, y demos gracias por la respuesta que se nos dará. Dios conoce nuestras necesidades, y quiere que nosotros le hablemos, que nos comuniquemos con Él y confiemos en que es suficiente y está dispuesto a ayudarnos.

    Una de las costumbres arraigadas en nosotros es tratar de hacerlo todo por nuestras propias fuerzas, dejando a Dios fuera de la ecuación. Y ahí viene la frustración, el estrés y la ansiedad. Pero no estamos solos. El Creador de todo cuanto existe está dispuesto a ayudarnos. Solo debemos permitírselo, y hacerlo parte de nuestras vidas.

    ¿No te parece buena idea intentar esta manera? Confía en Dios, y Él hará.

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