“Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides.”
Deuteronomio 31:8 RVR1960
El año 2020 está llegando a su fin. Termina lleno de vicisitudes y pandemia. Nadie pudo imaginar que este año sería tan difícil, ni calcular en los planes más desesperanzadores que la situación se tornara tan extrema. Muerte por la pandemia, por desastres naturales, por guerras, por estrés, por violencia. Pocas veces la humanidad se ha visto enfrentando un escenario tan adverso.
Y aunque la solidaridad entre países y personas se hizo evidente, hubo donaciones, asistencia médica, intención de colaborar internacionalmente para encontrar una cura, y muchos otros esfuerzos, la respuesta humana no ha sido suficiente. Peor aún, las potencias económicas, de las que se esperaría una respuesta contundente y decisoria a la hora de aunar esfuerzos, en vez de mostrar planes de contingencias efectivos para frenar la propagación del virus fueron ejemplo de abandono y descuido. Y en medio de esta situación mundial, los habitantes de los países se vieron desprotegidos, con su futuro y planes completamente destrozados. No hay en quién apoyarse cuando se busca una solución, porque la confianza en el gobierno, en partidos políticos, en sistemas de salud y modelos económicos fue echada por tierra.
¿En quién confiar?
Dios promete ir delante de ti en todos tus asuntos. Promete no dejarte ni desampararte. Te dice que no tengas temor ni te sientas intimidado por lo que viene contra ti. Esto fue dicho a Josué cuando fue instaurado como sucesor de Moisés para liderar al pueblo de Israel. Pero es una promesa de Dios para todo aquel que decide confiar en Él, para los que se arrepienten de sus pecados y le aceptan en sus vidas.
El Padre Celestial no incumple sus promesas, nada lo toma por sorpresa y siempre tiene la manera de proteger a los que le aman. Aún cuando vienen cosas desagradables o pruebas a la vida de sus hijos, que en el momento puede que no lo entendamos, después de analizarlo en retrospectiva, vemos que fue para nuestro bien. Dios va a cuidar nuestras vidas, va a velar porque estemos a salvo, va a guardar nuestra integridad, y va a hacer lo imposible porque tengamos vida eterna. Sus promesas hacia nosotros van desde quitar nuestras cargas y preocupaciones, suplir todo lo que podamos necesitar, pasando por todo tipo de cuidados, hasta evitar que cualquier plaga toque a nuestros familiares o a nosotros mismos.
¿En quién está puesta tu confianza?
Inicia un nuevo año. Si aún no has tomado esta decisión, es momento de hacerlo. Acércate a Dios y verás que nunca te dejará desamparado.
¿Pondrás tu confianza en Dios?
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