“Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán.”
Salmos 126:5 RVR1960
La tecnología ha acercado las personas, y hecho que todo esté a nuestro alcance. Los viajes entre países duran horas, mientras que podemos hablar y vernos mediante una videollamada aun estando a miles de kilómetros de distancia en tiempo real. Pero además de las cosas buenas, ha ocasionado que no tengamos paciencia, que vayamos siempre apresurados y que queramos las cosas inmediatamente, con solo hacer un clic.
Y existe una frase en inglés que refiere que lo que fácil viene, fácil se va. Lo que no requiere esfuerzo, frecuentemente es poco valorado. Ninguna de las metas y objetivos que nos trazamos nos serán fáciles de obtener. Usualmente lo más importante de la vida lo vamos a obtener mediante la paciencia, el esfuerzo y el sacrificio. Sea una carrera profesional, conformar nuestra familia o nuestro círculo de amistades, nuestra vida espiritual, cualquier cosa que tenga valor requerirá de tiempo. En la vida encontraremos aflicciones a diario y todo tipo de situaciones que nos harán desistir de lo que queremos lograr. Y por momentos sentiremos que no podemos más, que se nos acaban las fuerzas, y queremos llorar de impotencia, de frustración y dolor. Pero el salmista nos dice: Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Los resultados finales harán que olvidemos los malos momentos pasados.
Pero si además incluimos a Dios en nuestras metas, el camino se nos hará más llevadero. La carga no será tan pesada y tendremos paz en medio de la tormenta por la que transitamos. Mediante la fe, no importa si lloramos, si hemos padecido, o si el camino fue tortuoso, tendremos el resultado que pretendemos. Y aunque nuestra vida haya sido difícil, si tenemos a Cristo en nuestras vidas, moraremos con nuestro Padre por la eternidad. Nunca te separes de Dios. ¡El Señor te bendiga!
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