“En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.”
Salmos 4:8 RVR1960
Durante nuestra vida hemos enfrentado situaciones de las que no podemos salir solo con nuestras propias fuerzas. Sea por un proyecto laboral muy abarcador que necesite trabajo en equipo, que necesitemos delegar algunas funciones en un subordinado, que queramos un especialista en construcción para arreglar nuestra casa, que tengamos problemas financieros y nos haga falta un amigo que nos de un préstamo, e infinitos ejemplos que pueden acontecernos, todos tienen un denominador común y que resulta indispensable para que podamos llevar a cabo la tarea y que no estemos preocupados: la confianza.
Poder tener confianza en que tu equipo de trabajo hará las cosas necesarias, que tu subordinado cumplirá las indicaciones al pie de la letra, que el especialista tenga buena reputación y sea capaz de realizar su cometido, o que tu amigo acuda cuando estés en aprietos, genera gran tranquilidad. Sin embargo, cualquiera de ellos pueden fallar.
El salmista nos da ejemplo de confianza plena en Dios. Dice que se acostará y dormirá en paz porque solo Jehová lo hace vivir confiado. No hay nada que provoque insomnio con mayor facilidad que estar preocupados por algo pendiente, de lo cuál puede depender tu futuro inmediato, y que está en manos de otra persona. Sin embargo, Dios es fiel. Y este versículo debemos aplicarlo a nuestras vidas, de modo en que confiemos plenamente en las promesas de nuestro Padre Celestial para nosotros. Poniendo nuestros problemas en Sus manos, hará que alguien más efectivo que cualquier ser humano esté encargándose de ellos, no por merecimiento nuestro, sino como expresión de amor hacia nosotros.
Si tienes problemas en tu vida que te quitan el sueño, si hay cosas que aún no has podido resolver, es el momento de cambiar la manera en que hacemos las cosas, e involucrar a Dios en lo que nos sucede. Verás como viene paz a tu vida y lo que no habías logrado hasta el momento será hecho. Solo tienes que tener fe.
¿Te atreves a confiar en Dios?
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